miércoles, 15 de agosto de 2007

Los presos comunicados

Los llamados por secuestros falsos cada vez son más corrientes. Los encarcelados acceden a llamadas desde las prisiones, e intimidan a la gente que está fuera de ella. El discurso más usado sigue algunos pasos. Primero se le comunica al que atendió el accidente de una persona, quien dio ese número para llamar. De esta forma la persona que escucha comienza a ponerse nerviosa y piensa quien puede ser. El que llamó hace preguntas de todo tipo. El último paso que se da es cambiar el accidente por una frase que varía de personajes, pero la idea es “No hagas escándalo, no paso nada de eso, en realidad tenemos secuestrado a tu papá”.
Este es un caso de millones que se dan durante el año. Los presos, a través de los teléfonos públicos internos, llaman a números elegidos al azar y empiezan a intimidar a la gente y a sacarle datos. Pero ese no es su fin último, sino el de obtener tarjetas telefónicas. A las víctimas de la llamada se les dice que a cambio de la liberación del familiar, compren determinado número de dichas tarjetas, y les pasen los códigos. Para los presos tienen el valor del dinero, las cambian por cigarrillos, alimentos y drogas.
Estos llamados por secuestros inexistentes se hicieron populares en el 2003. A partir del 2004 se empezó a implementar la siguiente medida de seguridad: El interno puede hablar sólo por cobro revertido a través de la telefonía pública. De esta forma, cuando el preso realiza una llamada y la comunicación es establecida, aparece una grabación que anuncia que se recibirá una llamada procedente de un establecimiento penitenciario. Anteriormente los internos hacían llamadas con tarjeta, las cuales no emitían dicha grabación.
Colocar este nuevo dispositivo en los teléfonos públicos carcelarios es una de las medidas impulsadas por Juan Carlos Blumberg, la cual favorece la obtención de información acerca del origen de la llamada. Pero éstas no se evitan, y los presos se hacen de las armas para provocar nervios y temor en la gente, y así aprovecharse de sus debilidades.

No hay comentarios: