Comienza el verano, y con él las bermudas, las polleras, las musculosas y remeras de mangas cortas, que permiten que nuestros cuerpos estén más expuestos a los rayos del sol. La piel es el órgano más extenso del cuerpo, no solo debemos cuidarlo estéticamente sino también, y principalmente, por salud. La piel nos protege del calor, la luz, las heridas, las infecciones, regula la temperatura corporal, impide la pérdida de agua y previene la entrada de bacterias. Es importante cuidar este órgano de todo lo que lo pueda dañar. Una inadecuada exposición a la luz solar puede provocar cáncer, envejecimiento temprano de la piel, quemaduras e insolaciones. En cambio, una correcta exposición ayuda a la producción de vitamina D. Al sol no se le puede escapar, pero sí se pueden tomar medidas para prevenir los efectos negativos: No permanecer bajo el sol durante las 10 de la mañana y las 16 de la tarde, ponerse crema de protección solar cada una o dos horas, utilizar anteojos de sol, cubrirse la cabeza, no usar lociones bronceadoras y utilizar cremas hidratantes luego de haber estado bajo el sol, para aliviar la deshidratación. No hay que olvidar que en días nublados, aunque no se sienta, los rayos del sol atraviesan las nubes, por lo tanto hay que tomar las mismas precauciones que en días soleados. Las pieles no son todas iguales, las más claras son más sensibles a la los rayos y deberán usar un protector solar más fuerte y aplicarlo con más frecuencia que las morenas. La piel hay que cuidarla siempre, ya que el daño de los rayos ultravioletas sobre la misma persiste con los años, aunque el bronceado se vaya.
jueves, 13 de diciembre de 2007
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1 comentario:
Voy a tener que usar gorrita en Córdoba.
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